Revista Digital CECAN E3

Examinar. Entender. Evaluar

Arquitectura y economía circular

Por: Felipe Velásquez Palacio

El principio de la Arquitectura moderna era una forma que seguía la función de la edificación; la post modernidad vino acompañada de formas que manifestaban los picos altos de la economía post moderna: Koolhas, Ghery, Saha Hadid y Santiago Calatrava, son reflejo de una época en la cual la danza de los millones se manifestaba con la forma.

Una vez superados los planteamientos de estos últimos arquitectos, encontramos un punto de inflexión en la arquitectura en donde las formas ya no son ni pueden ser caprichos arquitectónicos, deben convertirse en contenedores de unos nuevos contenidos: arquitectura para el correcto manejo de los recursos: las urgencias de la sostenibilidad.

Hablar hoy de arquitectura requiere tener en cuenta el correcto uso de los materiales, la optimización, no solo de procesos sino también de recursos y un diseño que permita generar ahorros para los copropietarios.

Una vez más la forma sigue la función, pero en la actualidad esta última ha cambiado. Ya en estos casos no es igual que en le era moderna donde el deslumbramiento por el uso de las máquinas parecía ser una premisa. Casos como la Ville Savoye de Le Corbusier o la casa Citroen, muestran esa naciente pujanza que nos llevó al éxtasis de los años 80 y el deslumbramiento por la modernidad (Leaving las Vegas, Ventury). Hoy por hoy la arquitectura debe responder también a la época, una época marcada por el calentamiento global, la crisis del agua y la urgencia de plantear un nuevo modelo económico. Un modelo capaz de reducir las fricciones sociales entre los planteamientos socialistas y los capitalistas. Todo un reto para la construcción de un mundo mejor.

Una forma que requiere seguir la función de reciclar, re utilizar y re componer. Lo mismo que compartir, colaborar y coadministrar.

Mies van der Rhoe decía que la buena arquitectura debe ser un fiel reflejo de la época, yo así lo creo también. Considero que la buena arquitectura hoy en día debe ser un contenedor que permita desarrollar una vida encaminada a conseguir al menos cumplir algunas de las metas de sostenibilidad de naciones unidas (ON SDG). Quizá por tal razón los premios Pritzker otorgaron el tan anhelado premio a un arquitecto como Alejandro Aravena. La nueva arquitectura debe estar pensada para la inmensa mayoría que no tiene acceso a ella, primer objetivo de sostenibilidad según la ONU.

Lograr condensar los principios de sostenibilidad con una restricción presupuestal tan importante como lo requiere la vivienda social en Colombia y América Latina es todo un reto, sobre todo cuando además de la limitación presupuestal se agregan los riesgos políticos y sociales de un país en donde todavía no logramos la estabilidad legal que existen en los países desarrollados.

Por tal razón hoy nuestra arquitectura son máquinas (término utilizado por Le Corbusier, referente a la Arquitectura) que deben permitir una armonía entre la belleza y la función de:

Recuperación de residuos.

Paneles en las terrazas para captar la mayor cantidad posible de luz solar.

Sistemas de compostaje.

Unidades productivas en la copropiedad.

Espacios de tele trabajo y tele educación en un nuevo modelo educativo que ayude a encaminar la sociedad hacia la sostenibilidad.

Integración de la copropiedad en las actividades ordinarias de la edificación.

Todo un sistema y un planteamiento que convierten las copropiedades en ciudades que deben reducir la huella ecológica y el impacto ambiental, planteando a su vez un nuevo modelo de vida y economía.

Todo un reto para los arquitectos y las nuevas generaciones.

¡Feliz día!