Revista Digital CECAN E3

Examinar. Entender. Evaluar

Bienestar financiero: momento para desarrollar la sensatez

Los eventos desafortunados del día sin IVA en Colombia, principalmente en Cali-Valle, nos invitan a reflexionar sobre las raíces que impulsan la compra irracional de bienes o servicios, junto a las distorsiones complejas del concepto de liquidez, que vuelven adictos a los compradores y los llevan a malos hábitos en la utilización de los sistemas de financiación.

El campo que permite llegar a la raíz del tema es la economía conductual, un campo relativamente nuevo, que se basa en elementos tanto de la psicología, como de la economía, y como dice Dan Ariely, en su libro, Las trampas del deseo, el cual recomiendo: “nuestra conducta nos lleva al error, al ser renuentes para ahorrar en el largo plazo con el fin de tener una jubilación digna, hasta llevarnos a la incapacidad de pensar con claridad durante los periodos de excitación”. 

Asimismo, Judson Brewer, en su libro, La mente ansiosa, nos muestra las facetas que causan los malos hábitos en el cerebro, llegando a tal grado de incoherencia al momento de tomar decisiones financieras:  “donde momentos después de la ilusión de la compra, se pierde totalmente el sentido del anhelo inicial, conspirando para volvernos esclavos de las decisiones irrelevantes, momentáneas, donde rápidamente perdemos el sentido de la decisión inicial, quedando a merced de multiplicar dichas sensaciones constantemente”.

Las justificaciones para poner en riesgo la propia vida y la de otros, saliendo a comprar en tiempos de pico de contagio de COVID19, son argumentadas por error, como benéficas en función de aprovechar la promoción o descuento de bienes irrelevantes, en momentos donde se requiere la mayor sensatez histórica, debido a la magnitud del choque de demanda y oferta al mismo tiempo, que han causado la mayor parada inesperada-sudden stop- de la economía del último siglo.

Esto nos muestra que no estamos preparados para tomar decisiones en tiempos de riesgo, incertidumbre, ambigüedad y complejidad, pero sí necesitamos sensaciones, anhelos e ilusiones, en momentos donde se pierde la noción del principio y fundamento de nuestro objetivo como seres humanos: preservar la vida y adaptarnos al entorno, causando uno o varios sesgos cognitivos que nos inducen al error en temas financieros básicos.

La responsabilidad es personal e intransferible al momento de tomar decisiones; por lo cual, es necesario repetir como un mantra: “de eso tan bueno, no dan tanto”. Reflexionemos con cabeza fría y con responsabilidad el concepto de liquidez:  la liquidez es una cualidad, no una fórmula; la cualidad de la liquidez es convertir un activo rápidamente en efectivo con el fin de ajustarse a las condiciones del mercado. Un sistema de financiación por baja que sea su tasa de interés, no cumple con los parámetros básicos de liquidez, por lo cual se convierte en endeudamiento, teniendo como efecto el cobro de intereses compuestos en función del período de tiempo.

Por tal razón, debemos comprender que, a pesar de tener cupos disponibles en los sistemas de financiación, esos recursos no se catalogan como liquidez, son endeudamiento. Por tal razón, y recordando que la responsabilidad es personal e intransferible, permitirse sesgar sus decisiones al anhelo momentáneo de comprar el último dispositivo de moda, lo puede llevar a financiarlo adictivamente a plazos ilógicos que traerán crecimientos exponenciales de su endeudamiento.

Teniendo en cuenta lo anterior, debemos concluir dos temas claves:

Primero, debemos entrenarnos en la forma de calcular el valor del dinero en tiempo para evitar los malos hábitos de la toma de decisiones impulsivas e irracionales que causan desastres monumentales en el patrimonio en el largo plazo. Las decisiones financieras que hoy tomamos tendrán efecto en el futuro próximo, por lo cual es necesario validar sus efectos cuantitativos y cualitativos, junto al análisis de los hábitos que motivaron dicha decisión, con el fin de validar la pertinencia del objetivo inicial que estábamos anhelando. El tiempo es el mejor amigo para este tipo de decisiones y cualquier argumento instintivo o rápido, debe ser duramente cuestionado con racionalidad matemática y económica, no con emociones o sentimientos. Esto debe convertirse en un hábito.

Segundo: cuando los niveles de liquidez del mercado bajan de manera contundente debido a una parada inesperada como la que estamos viviendo, debemos cuidar nuestros activos y patrimonio, equilibrando la liquidez de emergencia para cubrir costos y gastos de al menos seis meses. De este equilibrio depende la sostenibilidad financiera y es la base fundamental para mantener la barca a flote en la tormenta perfecta, con tsunami, huracán y terremoto todo al mismo tiempo.

Debemos comprender que el bienestar y sostenibilidad financiera depende del hábito constante que permitirá la disciplina estricta que requieren los períodos de crisis económicas. De la crisis y la angustia, como decía Einstein, nace la creatividad y la innovación. No espere más para separar un espacio en su agenda y habituarse a la preparación diaria del presupuesto de ingresos y costos, junto al monitoreo semanal de su cumplimiento. Ese pequeño hábito (preparación diaria del presupuesto de ingresos y costos) -David- puede hacer caer el -Goliat- de la parada inesperada (crisis económica).

Diego Fernando Palencia Silva

@palenciadiego