Por Dr. Gloria Hurtado
- Parar
Al notar que una emoción intensa surge en nosotros, nos paramos, y haciendo una pausa enfocamos nuestra atención en ese movimiento interno que está emergiendo.
2.Respirar hondo y serenarse
Llevamos la atención al cuerpo y a la respiración. Percibimos las sensaciones corporales asociadas, que suelen ser de tensión o bloqueo y buscamos relajar la zona conscientemente.
3.Tomar conciencia de la emoción
Conectados a la emoción le damos un nombre: ¿Qué es esto que siento? ¿Rabia, miedo, tristeza, vergüenza…? - Aceptar y permitir
En lugar de oponernos a la ola emocional, la reconocemos y le damos su lugar. - Darnos cariño o autocompasión
Nos deseamos serenidad, paz, bienestar y felicidad. Nos reconocemos dignos de ser amados, aún con esa emoción perturbadora. - Soltar
Nos desenganchamos y dejamos ir la emoción, haciéndonos conscientes del espacio interior en el que se halla, pero que en modo alguno nos ocupa totalmente. - Actuar o no
Si la situación requiere una respuesta en forma de acción, ahora podremos llevarla a cabo con más claridad y equilibrio. También podemos esperar un poco antes de emprender la acción conveniente.
Tomado de “Escuela española de desarrollo Transpersonal”.
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