Revista Digital CECAN E3

Examinar. Entender. Evaluar

Constituyente 2020 II

¿Se requiere una nueva Asamblea Constituyente?

Con frecuencia me sorprendo con las ideas que se llegan a discutir en Colombia. Hoy me voy a referir a dos de ellas.

1. El gobierno del presidente Duque desde el ministerio de vivienda, habilita la hipoteca inversa. Consiste al parecer en un instrumento financiero mediante el cual un propietario de una vivienda (mayor de 65 años) con ingresos bajos acude a un inversionista privado que le pagaría una suma mensual permitiéndole vivir en la misma vivienda hasta su muerte, momento en el cual el inmueble pasaría a ser del inversionista. Es una idea en ciernes y todavía faltan muchos detalles, pero el diablo está en los detalles. Algunas de las características que acompañan la propuesta son: que el monto mensual a pagar dependerá de un avalúo comercial imparcial y con ajustes periódicos a partir de nuevos avalúos; que en el momento de la muerte los herederos podrían pagar al inversionista lo que ha pagado y recuperar el bien; que el monto dependerá de la edad del propietario y que habrá condiciones especiales en caso de muertes accidentales del propietario en períodos cercanos al inicio del acuerdo con el inversionista.

Personalmente veo con desconfianza una iniciativa de este tipo, aunque en principio es un producto propio de las compañías de seguros, se parece mas a los juegos de los casinos donde las probabilidades están de parte de la casa (en este caso del inversionista). Y no deja de preocuparme que en el país del cartel de la hemofilia y los falsos positivos aparezcan unos «inversionistas emprendedores» dispuestos a acelerar artificialmente la muerte de los propietarios solitarios para «optimizar los beneficios».

2. La Comisión VI de la Cámara de Representantes acaba de aprobar unánimemente en tercer debate reconocer al porro y al Festival Nacional de Porro de San Pelayo como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación. Es indiscutible la importancia del porro como parte de la riqueza de la cultura musical de nuestra tierra, como tal vez lo serán dentro de 60 u 80 años los ritmos de J Balvin, pero ¿no deberían estas discusiones llevarse en el Ministerio de Cultura entre expertos en lugar de dirimirse en el Congreso en medio de la crisis ocasionada por la pandemia del Covid-19?

Por cosas como estas es que considero que requerimos cambios constitucionales. Hay que reducir el congreso. Requerimos que los congresistas no puedan presentar proyectos de ley, solo deliberar los proyectos presentados por los gobiernos de turno sin incorporarle cambio alguno, a ver si dejamos de producir tanta ley que solo logra empantanar el quehacer jurídico. En fin, requerimos una constituyente como lo explico en mi columna de «Constituyente 2020».

PABLO ANTONIO PEREZ VALENCIA.

@paperezvalencia