Revista Digital CECAN E3

Examinar. Entender. Evaluar

El desempleo, el crecimiento del salario mínimo y el costo de personal

Por: Manuel Vásquez

El desempleo es una de las principales variables económicas que están en la mira del Gobierno Nacional desde principios del 2019, cuando la tasa de desempleo se ubicó reiteradamente en niveles de dos dígitos. El mercado laboral se ha deteriorado por:

  • Baja absorción de la mano de obra dada la baja flexibilidad en la contratación laboral
  • Migración de 1,6 MM de ciudadanos venezolanos (presión de 10pb sobre la tasa de desempleo)
  • Ajustes desbordados del salario mínimo por encima de la regla general IPC + PL (productividad laboral)

En el 2020, con la emergencia sanitaria y económica del SARS -CoV -2 y la pérdida generalizada de ingresos empresariales por uno de los confinamientos más largos del mundo, el mercado laboral se ha visto aún más deteriorado, alcanzando tasas de desempleo por encima del 20%.

Existe una relación estrecha, aunque no de igual magnitud, entre la generación de riqueza y la disminución de la tasa de desempleo. En esta etapa que nos encontramos, es indispensable crear todas las condiciones necesarias para impulsar la reactivación económica, que, a su vez, mejoraría el mercado laboral, contribuyendo al incremento de ingresos de los hogares más vulnerables.

Una de las variables que pueden frenar la reactivación económica y la recuperación del mercado laboral es el crecimiento excesivo del salario mínimo. Si bien es cierto que la idea de un crecimiento proporcionalmente alto sobre el SMLV es muy popular, recuerden que las malas ideas se disfrazan de buenas intenciones, buscando incautos. Es cierto que en Colombia existe un problema de desigualdad, pero este tipo de ideas populistas no son la solución, y por el contrario podrían ser una agravante del problema.

Incrementar el salario mínimo por encima de la regla general del IPC + PL (productividad laboral) reduciría el margen de las empresas, frenando el crecimiento económico y así mismo, la absorción de la mano obra. Esta regla no se ha cumplido en el último quinquenio y, por el contrario, se podría decir que la brecha se ha ampliado en los últimos años (gráfico 1).

Sin embargo, existe otra limitante para el crecimiento de las empresas, y es la proporción de los costos no salariales que encarecen la contratación laboral. El multiplicador salarial asciende a 1,53 y es alto frente a otros países pares como México y Chile, donde el multiplicador apenas alcanza el 1,28 y 1,2, respectivamente. Para disminuir este multiplicador es necesario aumentar el recaudo de impuestos de las personas naturales para financiar los costos no salariales. Actualmente tan solo el 4,5% de las personas económicamente activas pagan renta.

De acuerdo con el comportamiento histórico de la Productividad laboral y de las expectativas de inflación del Banco de la República (1,92%), el salario mínimo no debería crecer por encima del 2,16% ($896.764), sin embargo, históricamente, la diferencia entre el salario mínimo y la inflación ha sido en promedio 1,66%, lo cual podría llevar al salario mínimo del 2021 a 909.246, un incremento del 3,58%.

Los efectos de la pandemia han dejado cicatrices muy profundas sobre el tejido empresarial del país, urgen medidas de reactivación económica que mantengan el poder adquisitivo de las personas más vulnerables y permitan la mayor absorción de la mano de obra.