Revista Digital CECAN E3

Examinar. Entender. Evaluar

La nueva juventud

Hace poco más de un mes y pocos días escribía justamente sobre el inicio del Paro Nacional y contaba, en aquellas líneas, desde la visión de un joven de 21 años, sobre la importancia y las posibilidades que teníamos con lo que parecía una jornada más de manifestaciones.

A un mes de este estallido social, la lucha sigue, los objetivos por lograr son varios y el Paro parece tener cada vez más fuerza. Pese a sus ires y venires, la sociedad lo apoya de manera amplia y aunque han tratado de desprestigiar a como de lugar los actos de manifestación, lo realmente cierto es que cada vez se deja ver con más claridad quienes son los verdaderos incitadores a la violencia, los verdaderos terroristas, vándalos y criminales.

El Paro se ha llevado reformas, ministros, embajadores y otros funcionarios y programas con lo que pretendía el gobierno seguir agudizando la crisis económica, social y política, amén de incrementar la mal llamada mermelada, que no es más que el pago de favores políticos a costa del bolsillo de los colombianos.

Si bien se han conseguido varias victorias y de forma general se ha logrado “tumbar” lo que hizo estallar el movimiento social, considero que son logros del paisaje, pues, sin quitarles importancia, lo más relevante aquí es el terreno conseguido por los jóvenes que apoyan y participan en el Paro, su representación política en la calle, su capacidad de mediación, de concordancia y cohesión a nivel nacional muestran que el futuro de Colombia, si no se deja de luchar por los cambios que merecemos y necesitamos, está en las manos adecuadas.

La participación de la juventud es el logro más importante de este periodo de protestas, al fin estamos entendiendo y comprendiendo que no es necesario tener más de 30 para ser sujetos activos en la vida política nacional y que mucho menos podemos poner nuestro futuro en manos de personas que tienen una visión de país sumida en la antigüedad, en el retroceso, en la guerra y en la incapacidad de tomar decisiones acertadas y de actuar desde el bien común, como lo hacen la gran mayoría de políticos que nos “representan”.

Son los jóvenes “vándalos y mamertos” los que, ahora sí, estamos tomando las riendas del país y poco a poco se las vamos arrebatando a esos arribistas “gente de bien” que no han hecho más que desangrar nuestra patria, traicionar y enfermar nuestro territorio y venderlo al mejor postor. Se viene un gran cambio, estamos haciéndonos escuchar y la resistencia continúa porque es mucho lo que tenemos por reivindicar.

Colombia estalló y quien no hizo nada para mejorar al país años atrás, quien prefirió seguir votando por los mismos, el que haya puesto el privilegio particular por encima del público y quiera que todo siga igual, por favor, apártese que otros están luchando por eso de lo que usted se queja a diario pero nunca fue capaz de cambiar.

A los jóvenes gracias, sobre todo a los de primera línea, esos que al contrario de lo que muchos piensan, también son profesionales, emprendedores, gente con empresas, artistas, docentes o solamente muchachos que quieren una cosa: oportunidades para salir adelante.

Aquí no queremos nada regalado, exigimos que nos den lo que por derecho nos corresponde pero que varios delincuentes nos han robado.