
Para la Organización Mundial del Turismo (2018), el turismo cultural es “un tipo de actividad turística en la que la motivación esencial del visitante es aprender, descubrir, experimentar y consumir atractivos o productos culturales tangibles e intangibles en un destino turístico. Estos atractivos o productos corresponden a un conjunto de características distintivas materiales, intelectuales, espirituales y emocionales de una sociedad que abarca las artes y la arquitectura, el patrimonio histórico y cultural, el patrimonio culinario, la literatura, la música, las industrias creativas y las culturas vivas con sus estilos de vida y sistemas de valores, creencias y tradiciones».
En el Plan Sectorial de Turismo 2018 – 2022 El Turismo, el propósito que nos une, se refieren frente al turismo cultural de la siguiente manera: “La amplia diversidad cultural de Colombia presenta una gran posibilidad para liderar este segmento en Suramérica, donde según FONTUR (2016) en promedio el gasto asociado al turismo cultural oscila entre USD$ 1.870 y 3.140, dependiendo del destino. Así mismo, representa una oportunidad para promover el desarrollo de la economía naranja y valorizar nuestra gastronomía, música, artesanía y moda, entre otras industrias creativas; las expresiones y bienes del patrimonio material e inmaterial, las festividades y eventos, así como el etnoturismo.”
Quise traer estas dos definiciones referentes al turismo cultural, para enmarcar las grandes oportunidades que tiene Cali para volverse un destino único en el mundo, para los consumidores de este tipo de productos. Si hay algo que se respira permanentemente en nuestra ciudad es la cultura, la riqueza en términos de música, gastronomía, moda y otras industrias creativas es realmente significativa. Y particularmente hay un referente que nos distingue como ciudad y es la salsa, somos la capital mundial de este género, así nos reconocen en otras partes del país y del mundo.
Sin embargo me pregunto, ¿estamos aprovechando esta riqueza cultural en términos turísticos para generar desarrollo económico en la ciudad?. Desde mi perspectiva, mi respuesta es, sí, pero falta mucho por hacer y consolidar. Teniendo en cuenta la riqueza que tiene la salsa, no deberíamos tener nada que envidiar a ciudades como Buenos Aires con el tango o a New Orleans con el jazz, donde la relación de la oferta turística y la oferta cultural se unen en una variedad significativa y de calidad de opciones que el visitante puede disfrutar durante todo el año.
Esta reflexión la quiero hacer a un mes de celebrado el 14 Festival Mundial de la Salsa, evento al que tuve la oportunidad de asistir por primera vez en mis siete años de residencia en Cali. Quedé gratamente sorprendido frente a las competencias que tuve la oportunidad de observar, la calidad de los participantes, la presentación y puesta en escena que realizó Incolballet, el concierto del Grupo Niche, la presentación de Swing Latino entre otras cosas. Me pareció increíble que un evento de tal dimensión sea gratis y abierto a todo público, pero también me parece increíble que sea tan poco promocionado y conocido no solo en la ciudad sino en el país y en el mundo. Aunque la asistencia de público es importante, me quedó la reflexión del porque si Cali es la capital mundial de la Salsa, este Festival no está a la altura en términos de promoción e impacto que el Festival Petronio Álvarez. A mi manera de ver deben tener el mismo nivel de posicionamiento y como el Petronio, ser explotado en términos turísticos, aumentando en las fechas de su realización el número de visitantes nacionales y extranjeros a la ciudad, dinamizando el movimiento económico en hotelería, transporte y gastronomía, por mencionar algunos sectores que se puedan ver beneficiados.
Luego de esta experiencia, estuve indagando por cual es la oferta turística en términos de salsa para los visitantes a la ciudad y mi percepción inicial es que existe una oferta limitada en este sentido. Hay atractivos sin duda, pero es necesario conectarlos y así explotar las ventajas propias que tiene la ciudad. Allí desde mi punto de vista hay que fortalecer los operadores de turismo receptivo, diseñar paquetes de primer nivel para vivir y tener la experiencia salsera que tiene tantos componentes. No podemos permitir que los turistas se lleven la imagen que la salsa solo es salir a bailar. Es necesario rescatar la narrativa asociada a la historia y el desarrollo del género musical, conocer el barrio obrero, las fábricas de instrumentos, potencializar aún más las escuelas de baile, entre muchos otros atractivos que no se limitan a los bares y discotecas.
No me cabe duda que la Salsa puede tener entretenido y ocupado a un visitante desde las primeras horas del día, hasta bien entrada la noche y no solo por un día sino por varios. Investigaciones acerca de este ritmo se han realizado por parte de las Universidades de la Región, se ha hecho un esfuerzo importante desde el sector público y privado para desarrollar las escuelas de salsa, contamos con espectáculos de talla mundial como Delirio, Ensalsate y el Mulato Cabaret, por mencionar algunos, tenemos la capacidad hotelera, la oferta gastronómica, en fin, están dadas las condiciones para que un turista respire y viva la Salsa desde el momento en que pisa el suelo de la ciudad, hasta su partida.
Mi expectativa es que los esfuerzos que se han venido haciendo desde las Secretarias de Cultura y de Turismo del municipio, de los empresarios del sector turístico sigan fortaleciéndose y se vea traducido en un destino que realmente se pueda identificar como la capital mundial del género. Se ha avanzado, pero queda mucho camino por recorrer y metas por alcanzar en términos de desarrollo económico para la ciudad.
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