Revista Digital CECAN E3

Examinar. Entender. Evaluar

La situación laboral en las ciudades

La crisis actual se agudiza más cuando se trata de trabajadores no calificados, quienes recurren a la informalidad para subsistir, al tiempo que los que poseen títulos profesionales no encuentran trabajo acorde con sus conocimientos y experiencias.

Con la crisis económica y sanitaria la situación de los trabajadores formales e informales, incluyendo a quienes se desempeñan en diferentes ramas del conocimiento (abogados, ingenieros, arquitectos, médicos, tecnólogos, etc.), es cada vez más crítica en la medida en que sus ingresos se han reducido considerablemente, en tanto se ha intensificado la actividad laboral con el trabajo en casa a partir de la virtualidad.

Esta situación se agudiza más cuando se trata de los trabajadores no calificados, quienes deben recurrir a la informalidad para subsistir, al tiempo que los que poseen títulos profesionales no encuentran trabajo acorde con sus conocimientos y experiencias.

No obstante, el gobierno del presidente Duque ha salido en los medios de comunicación a decir que en virtud de la reactivación económica ha sido posible recuperar cientos de miles de puestos de trabajo, lo cual contrasta en la práctica con el crecimiento inusitado de la informalidad que parece ser el camino que tienen los colombianos para enfrentar la crisis que arrasa con infinidad de puestos de trabajo en todo el país.

Paralelamente a la existencia de una masa evidente de desempleados, trabajadores informales y tercerizados, existe un número considerable de funcionarios públicos que gozan de grandes beneficios en materia de estabilidad laboral, altos salarios y primas especiales que se cubren con los impuestos de los ciudadanos.

Mientras tanto, los propagandistas y voceros del gobierno vienen anunciando que se crearán dos millones de nuevos empleos en todo el país con la reactivación económica, con los cuales, aspiran a resolver los graves problemas de pobreza y desigualdad social que se han acrecentado con la crisis económica y sanitaria que afronta el país.

En el caso particular de la ciudad de Cali, al 67% de los informales y al 39% de los formales, se les redujo sus ingresos y con ello se agravó su situación económica y social. Por otra parte, de las personas que buscaban empleo, el 68% eran jóvenes que no encontraron trabajo.

Al respecto conviene preguntarse ¿cuál pudiera ser la solución o por lo menos la mejor forma para mejorar la situación en estas materias?

Desde la Veeduría que representamos creemos que ante esta situación que viven los trabajadores en general, el Estado debe intervenir directamente la economía del país con el fin de impulsar el crecimiento y desarrollo de las fuerzas productivas y con ello la creación de nuevas fuentes de trabajo, promover la investigación científica, además de capacitar en las nuevas tecnologías a los jóvenes vinculándolos al mismo tiempo a la actividad laboral.

Concomitante con esta labor se deben mantener las ayudas a los sectores más vulnerables de la ciudad, además de apoyarlos en sus “emprendimientos” e iniciativas productivas a fin de que puedan valerse de su trabajo y no de los subsidios que ofrece el Estado.

Por otra parte, la percepción que tienen los caleños respecto de la forma como la administración municipal ha afrontado los problemas relacionados con el crecimiento de la informalidad y del tratamiento de la crisis económica y sanitaria, es la de que muy poco se ha hecho al respecto, al tiempo que ha faltado integración entre el sector público y privado, siendo deficiente la labor desarrollada frente a la crisis económica y sanitaria, la cual ha acrecentado los problemas y dificultades que demandaban de respuestas integrales y conjuntas en materia de cooperación y ayuda mutua y no de simple asistencialismo tal como viene sucediendo en la práctica.

En este caso, se trata de ir al fondo de los problemas para erradicar sus causas y remover los obstáculos que impiden enfrentar la crisis que nos agobia y nos golpea en lo mas profundo de nuestro ser con la pérdida de vidas y de empleos que aumentan la pobreza y la desigualdad social.

Veeduría ciudadana por la democracia y la convivencia social.
Texto escrito por: Pablo A. Borrero V. y Luz Betty J. de Borrero