Revista Digital CECAN E3

Examinar. Entender. Evaluar

Microempresa. Una palabra que agrupa miles de empresarios

Fuente: Diario Occidente

Por: Luisa Fernanda Cadavid

Cuando hablamos de empresas vallecaucanas, muchos traen a su mente de manera inmediata el nombre de unas diez empresas grandes, reconocidas a nivel nacional e internacional y muy importantes para nuestra economía. Lo que se desconoce es que nuestra región cuenta con más de 97.571 empresas que son el número de registradas en la Cámara de Comercio de Cali.

Si a esto le sumamos que el 50% de las empresas no están registradas, podemos estimar que existen alrededor de 195.142 empresas, es decir que en los municipios que hacen parte de la Cámara de Comercio de Cali hay una relación de 11 personas por cada empresa registrada.

De las registradas, las microempresas generan el 24% del empleo reportado en la matrícula mercantil y son el 90% del tejido empresarial, es decir, 87.846 empresas. En esta cifra se empieza a enredar la cosa, dentro de ella podemos encontrar la firma de un amigo abogado, una tienda, una peluquería, una empresa especializada en desarrollo de software o el restaurante de la esquina al que vamos cada que un antojo nos lo exige.

Esa cifra que representa la categoría de ‘microempresa’ intenta agrupar una infinidad de características, algunas de ellas disímiles, ya que hoy en Colombia la definición del tamaño de una empresa está dada por sus activos y número de empleados. Con el Decreto 957 de junio de 2019 el Ministerio de Industria y Comercio incluyó como criterio adicional el monto de los ingresos por sector, lo cual nos permitirá tener una radiografía más completa.

Sin embargo, aun con estos datos sería imposible entender solo a partir de los números, la diversidad de la microempresa con todas sus aristas.

Por esto es importante darle voz a esos miles de empresarios, porque lejos de ser una mayoría con privilegios, son unos héroes silenciosos que desarrollan una idea y la materializan, algunos por necesidad, otros por seguir un sueño o por cazar una oportunidad.

Para intentar ver la complejidad y diversidad que encontramos en la hoy definida “microempresa”, nos será útil hablar de las personas y sus historias. Empecemos hablando de Rosa que hace 6 meses tenía una venta de helados de palito en su casa y hoy vende bisutería a domicilio, no tiene empleados y depende de las ventas diarias para su subsistencia y la de su familia.

También está Severino, dueño de Barber Shop Suave, una barbería que además de prestar sus servicios de corte de pelo y barba, cumple una función social fundamental en su barrio formando jóvenes en barbería como una estrategia para combatir la violencia; o Denis de Herbal El Trébol, una mujer excepcional que fabrica y distribuye cojines herbales tan necesarios en estos momentos para disminuir el estrés.

Severino y Dennis cuentan con empleados y una fuerte determinación de mantener y crecer su negocio en el tiempo. Finalmente, Diana y Carlos, de Maquinnovación, que pasaron de vender máquinas para la fabricación de obleas a desarrollar una línea de vasos y platos comestibles que les permitirá exportar y ser una gran empresa en unos años, o Magda que hace parte de una red de ventas de productos cosméticos por catálogo y Enrique que vende sus servicios de desarrollo de software vía una plataforma electrónica.

A partir de estas historias vemos que las microempresas tienen fortalezas y necesidades muy distintas. Es por esto que la nueva ley de emprendimiento y todas las iniciativas que busquen apoyarlas deben reconocer la importancia de segmentar, entender y atenderlas de manera diferencial para evitar la aplicación de un modelo prediseñado a realidades tan diversas.