¿Por qué somos tan violentos? ¿Qué hay en el ADN colombiano para generar tanta agresividad? ¿Qué alimenta tanta rabia? Se patea un cadáver como sino importara su significado pero igual se patea a un individuo vencido en el suelo porque no me gusta su camiseta.
Pateamos animales porque estorban al igual que las patadas continúan para mujeres indefensas que desean separarse de un hombre o atreverse a hacer su voluntad. Los niños y niñas no se quedan atrás: ellos también reciben patadas voladoras que golpean su integridad física pero sobre todo agreden su mundo emocional con una huella de por vida.
Creo que es urgente, pero urgente, hacerle un estudio profundo y real a la agresividad colombiana. Es hora de que el gobierno que sea, el que se sienta impactado por esta violencia, realice una investigación sobre este cáncer que carcome la identidad colombiana. Los militares se vuelven mercenarios, los ciudadanos se vuelven asesinos, los gerentes se vuelven ladrones, los políticos se roban la comida de los niños, los profesionales abusan de las niñas…no son todos claro está, pero en cualquier escenario o estrato surge esta violencia desbordada, nada la detiene.
No es la pobreza tan solo, ni la falta de oportunidades, ni la corrupción, ni la derecha o la izquierda, no. Deben existir un cúmulo de motivos y se deben detectar porque es lo más importante que debemos conocer.
¿Qué nos hace tan violentos? En mi teoría hay algo que sucede en casa, en familia, en el “dulce hogar”. ¿Qué sucede en el interior de una casa cuando se cierra la puerta y los habitantes quedan a merced de las pasiones y frustraciones hogareñas? Hay que investigar con urgencia, una comisión de expertos debe sentarse e indagar un factor común o varios factores, en tanta agresividad.
No solo es en los estadios de Colombia, hace unos días en USA hinchas de equipos de fútbol también se agredieron brutalmente. Antes de seguir registrando agresiones, masacres, patadas, vandalismo, es hora de investigar. ¿Qué nos hace tan violentos? ¿No se les arruga el corazón? ¿No sienten vergüenza ajena?
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