Revista Digital CECAN E3

Examinar. Entender. Evaluar

Pensamiento Sobre la Inflación en Colombia

La inflación es uno de los problemas que toda economía nacional debe evitar si quiere preservar el patrimonio de sus ciudadanos, porque cuando hay inflación perdemos el valor adquisitivo de nuestros ahorros monetarios.

En primer lugar, debemos entender que inflación es un aumento sustancial y sostenido en el nivel general del precio de los bienes y servicios en un país. Se debe hacer énfasis en que el aumento es general y no solo en unos pocos sectores económicos y que el aumento es sostenido, es decir que no es esporádico ni temporal.

En segundo lugar, la inflación es un fenómeno asociado principalmente a la política monetaria de un país, y tiene mucho que ver con la cantidad de moneda circulando en la economía del mismo. A mayor circulante, la demanda sube sin que la oferta pueda seguirle el paso inmediatamente y en la competencia por obtener los bienes y servicios disponibles, sube el precio.

En Colombia, se ha optado por tener un banco central que entre sus mandatos principales tiene el control de la inflación, y lo hace principalmente a través del control de las tasas de interés que le cobra el banco central al resto del sector financiero lo que a su vez afecta las tasas que el sector productivo y el consumidor pagan por el acceso al dinero que necesitan. Lo que en el estado colombiano entienden es que la inflación no es un problema (incluso le ayuda a sus indicadores de crecimiento) si se mantiene en unas metas trazadas por él. Sin embargo, si es un problema para las personas más pobres porque cada vez ven su capacidad de compra más reducida cuando el salario mínimo no crece al mismo ritmo que la inflación, o cuando las necesidades básicas de las familias cambian e incorporan más gasto (por ejemplo, hace diez años el uso de teléfonos inteligentes era un lujo de las clases altas y hoy una necesidad para casi toda la población).  

Pero esta no es la única manera de controlar la inflación. Para no ir muy lejos, en Ecuador lo lograron con una medida drástica pero efectiva. Dolarizaron su economía en el año 2000, es decir se olvidaron del sucre, su moneda nacional y empezaron a usar el dólar como moneda oficial. Para cualquier estado, es una decisión difícil de tomar, pues al dejar de lado el manejo de su moneda pierden control sobre la política monetaria en el país  y pierden la posibilidad de inventarse dinero de la nada e imprimir lo que necesitan para llevar a cabo sus planes. Los resultados en Ecuador en cuanto a la inflación son muy satisfactorios como se puede ver en el siguiente gráfico comparativo con la Unión Europea antes y después de la dolarización. En la década anterior la inflación pasó del 40.52% en 1990 al 96.09% en el 2000, mientras que en el 2001 quedó en 37.68% y para 2003 ya estaba en un dígito en donde se ha mantenido hasta el 2021. Incluso, desde 2017 está por debajo del 1%.

Fuente: Tasas inflacionarias en Ecuador (datosmundial.com

Ese efecto de control de la inflación no se da únicamente porque sea el dólar; probablemente el euro, el yen, el yuan u otra moneda más o menos fuerte servirían igual. El control de la inflación se da por la imposibilidad del estado de imprimir papel moneda para financiar sus programas de gobierno y por lo tanto se ven en la obligación de financiarse exclusivamente con el dinero existente en los mercados de títulos de deuda y con los impuestos, es decir se tiene que volver fiscalmente responsable.

Ahora bien, Estados Unidos viene varios años imprimiendo dólares y colocándolos en el mercado mundial, abusando de la confianza del resto de los países en su moneda. Tanto que está mostrando los mayores índices de inflación en los últimos 40 años. Eso ha prendido las alarmas en todo el mundo. Parece que el resto del mundo ha ido perdiendo la voluntad de resguardarse en dólares y están buscando otras monedas que les signifique menos riesgo que estar en manos de la FED y el vaivén político en Washington y Wall Street.

Estamos atravesando tiempos interesantes a nivel económico mundial con grandes desafíos para controlar los riesgos inflacionarios que se han visto aumentados por la pandemia del Covid-19, la guerra de Ucrania y el cambio climático entre otros. Y cada país deberá tomar las medidas pertinentes para resguardar el valor de los bienes que cada uno de sus ciudadanos tiene.

Pablo Antonio Pérez Valencia