Revista Digital CECAN E3

Examinar. Entender. Evaluar

Salud emocional (109)

¿Y Dios qué se hizo?

Nos enseñaron que la oración era para pedirle a Dios. Que todo lo que quisiéramos, si nos portábamos bien y orábamos, Dios nos lo daría. Entendiendo por portarse bien, hacer lo que los otros esperaban de nosotros. Entonces la relación con “ese” Dios era una especie de chantaje al que nos sometíamos para lograr lo que deseáramos o necesitáramos.  Tener esa concepción de Dios padre, dador y solucionador, puede estar llevando a muchas personas a la desesperanza. ¡Ahora qué más lo necesitamos y no nos escucha! En especial para las Religiones debe ser un momento incómodo; estas enseñaban a los fieles a pedir con fe, pero las primeras que fueron a pedirle al gobierno ayuda fueron sus pastores. ¿En qué quedó la fe con que pregonaban que Dios todo lo soluciona?

Venimos a la vida a aprender y Dios o esa energía infinita, no está para ayudarnos a “saltar” nuestros aprendizajes. Al orar pedimos discernimiento, claridad, luz y desde nuestro interior (donde también está esa energía divina) podemos asumir mejores decisiones. Dios no va a quitar la pandemia. Es nuestro aprendizaje como humanidad y como individuos. Con compasión y solidaridad podemos enfrentar esta situación que está allí para despertar conciencia. Es obvio que como humanidad no podemos seguir como veníamos. Dios no se ha ido, de pronto como en la canción de Piero, no hemos reconocido su disfraz y tampoco lo hemos buscado en el fondo de nosotros mismos.