Lápiz de labios.
Pareciera que van a pasar a ser objetos en vías de extinción. ¿Se necesitan? ¿Quiénes los van a usar? ¿Se convertirán en elementos de museos y anticuarios? ¿Comprar un lápiz de labios, hoy por hoy, es botar la plata? ¿Existirán mujeres que decidan no volver a usarlos porque no se ven, no se lucen?
¿Cuántos hombres cayeron rendidos ante unos labios seductores? ¿Cuántas canciones a unos labios de carmesí? ¿Cuántos recuerdos unidos a labios que pareciera desaparecen de las caras? ¿Hoy quien puede declararse lector de labios?
Una trivialidad pero el mundo cambia hasta en la “extinción” de los lápices de labios. Los besos tendrán que ser con tapabocas, los labios han desaparecido de las imágenes y las caras están perdidas en medio de las telas y caretas. ¿Una cara bonita? Será una expresión del pasado porque ya no es fácil distinguirla. ¿Quien es? Para reconocer hay que destapar lo que se tapa porque no es fácil ubicar una identidad en medio de tanta protección.
Una trivialidad, un detalle, el nuevo mundo, la nueva normalidad. Tanta seducción, tanta pasión, tanto entusiasmo pero… sin lápiz de labio. ¿Los extraña?
Gloria Hurtado – Psicóloga
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