Envidia
Quién no la ha sentido? ¿Quién no ha experimentado esa sensación que carcome y genera una picazón enloquecedora? Sentir que otro u otra tiene lo que se ha anhelado, darse cuenta de la propia incapacidad, percibir que a otro u otra la vida “si le dio” lo que se deseaba, produce un dolor infinito. No existe nada ni nadie que la pueda suprimir. La envidia se siente hasta los huesos y no hay manera diferente de eliminarla que aceptar el triunfo o la capacidad del otro. Así arda hasta los tuétanos…
La envidia es una de las emociones que surge de la convivencia, de la relación entre unos y otros. Igual que los celos, la envidia viene dada porque somos seres sociales, porque nos comparamos, porque estamos en un continuo intercambio de situaciones especiales o cotidianas. Los psicoanalistas hablan de la envidia como una emoción primaria, como una emoción casi con la que nacemos porque siempre lo queremos “todo”. Queremos poseer la madre total y no se acepta la carencia. “La envidia daña la capacidad de gozar. Es el factor más importante del socavamiento de lo sentimientos de amor, ternura o gratitud. La envidia es un sentimiento enojoso contra otra persona que posee o goza de algo deseado por el individuo envidioso, quien tiene el impulso de quitárselo o dañarlo. A diferencia de los celos, que se basan en el amor y comprenden un vínculo de por lo menos tres personas, la envidia se da de a dos y no tiene ninguna relación con el amor. La persona envidiosa es insaciable porque su envidia proviene de su interior y por eso nunca puede quedar satisfecha, ya que siempre encontrará otro en quien centrarse”.
Pero la envidia también puede tener otra lectura. Cuando un sentimiento como la envidia carcome, es porque detrás está escondida una gran admiración. ¿Quién lo creyera?envidiamos lo que más admiramos. Cuando envidio algo, estoy reconociendo su importancia, acepto que eso maravilloso que me fue negado, hubiera querido tenerlo y despojar al que lo alcanzó, de ese privilegio. Es sorprendente pero vale la pena reconocer que quien te envidia, está reconociendo tu propio valor, tus méritos. Al igual, esa envidia que experimentas donde se mezclan la rabia, la impaciencia o la agresividad, lo único que guarda en el fondo es un gran reconocimiento. Hacia ese otro al que envidias. Es como si le estuvieras aceptando que es muy meritorio por eso anhelas lo que él o ella ya consiguieron. No lo olvides, se envidia lo que mas se admira…
Más historias
Con prensa mentirosa, falsos positivos judiciales y políticos corruptos, la derecha golpea Latinoamérica
Anti-récords colombianos
La supremacía de la doble moral