
En Colombia tenemos un sistema de educación lleno de oportunidades para mejorar. Y tal vez ahora con la emergencia sanitaria es el momento para instituir muchas de estas mejoras aprovechando que la cuarentena nos obliga a reinventar las prácticas educativas.
No soy un experto en educación y por lo tanto trataré de no ahondar en detalles esbozando solamente un lineamiento general de hacia donde encaminar las reformas. Los detalles y el como escapan al alcance de esta columna cuya extensión para evitar aburrir a mis lectores, debe rondar las 800 palabras.
En primer lugar, estoy convencido que la educación debe ser obligatoria y que todos nuestros estudiantes deben ser como mínimo bilingues. También creo que en los primeros años debemos aprender a aprender. Y por último, me parece que estamos desaprovechando una gran cantidad de herramientas tecnológicas que ahora con la cuarentena por el Covid-19 muchos estamos descubriendo.
La reforma que debemos empezar pasa por cambiar las aulas físicas por aulas virtuales. Ya no es necesario que vayamos a los colegios, podemos asistir desde los hogares via internet, tal y como nos está enseñando la cuarentena por el Covid-19. La reforma implica repensar el pensum y las materias que se enseñan y las edades en las que se enseñan.
Como producto final imagino un sistema educativo donde en los primeros años los niños y niñas descubran el mundo y aprendan las normas familiares y sociales, además de aprender a hablar dos idiomas desde sus casas conectados por internet en las mañanas, y en las tardes vayan a actividades físicas acorde a sus edades dirigidas por profesionales en sitios adecuados cerca a su residencia. Luego, entre los 7 y los 12 años aprenden lecto escritura y matemáticas básicas principalmente, también desde sus casas en aulas virtuales por las mañanas y tres deportes básicos obligatorios (gimnasia, natación y atletismo) por las tardes; y luego, entre los 13 y los 18 años el resto de las materias de sociales, matemáticas y ciencia también en aulas virtuales por las mañanas, y por las tardes actividades artisticas y/o deportivas. Todo el sistema sería coordinado por las secretarías de educación, pero los imder y los institutos de cultura se encargarían de la parte deportiva y artística.
Claro que he hecho una descripción muy suscinta de la propuesta y hay que definir muchos detalles, pero es un inicio. Veamos como se compararían los costos del sistema actual con el de aulas virtuales.
Supongamos un colegio con 14 cursos o grados, 3 aulas por curso y 30 alumnos por clase para un total de 1260 alumnos por año. Estimo que este colegio requeriría los siguientes recursos mínimos:
Edificación con 3675 m2 construídos y una vida útil de 30 años | El costo por cada uno de los 30 años de vida útil sería $306’250.000 COP aproximadamente |
2 puestos de vigilancia de 24 hrs. | El costo anual sería $204’000.000 COP |
4 Aseadores | El costo anual sería $75’600.000 COP. |
Servicios Públicos | El costo anual sería $30’000.000 COP Aproximadamente. |
Costo estimado Anual | $615’850.000 COP |
No incluyo el costo de personal docente ni administrativo porque asumiré que no varía (aunque probablemente se requiera menos con el sistema de aulas virtuales).
De otra parte, en el sistema de aulas virtuales se requiere:
PC, tablet o consola de $1’000.000 para cada uno de los 1260 alumnos con vida útil 5 años | El costo anual de Hardware, software y licencias se estima en $ 252’000.000 COP |
Servicio de conexión estimado en $15.000
mensuales por equipo
| El costo anual de conexión se estima en $226’800.000 COP |
Costo estimado anual | $ 478’000.000 COP |
Desde un punto de vista puramente económico, vale la pena estudiar esta reforma, sobretodo cuando se tiene en cuenta también los ahorros en viajes dentro de las ciudades y la consiguiente mejora en la movilidad.
Claro está que hay muchos detalles a definir, como las materias que deben componer los ciclos, la manera de garantizar que los niños estudien y asistan a las clases virtuales y otros mil detalles que no alcanzo a prever, pero deberíamos estar estudiando la alternativa.
Y aunque cuando escribo esta columna estoy pensando en una reforma desde lo público, bien puede ser que algún privado decida diseñar un sistema de educación en casa y encuentre un modelo de negocio viable y fructífero.
PABLO ANTONIO PEREZ VALENCIA.
@paperezvalencia
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