Revista Digital CECAN E3

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Todo lo que sabemos sobre lo que ocurre entre Israel y Gaza

Fuente: New York Times – Por: Dan Bilefsky | mayo, 2021

Mientras palestinos e israelíes se preparaban para la segunda semana de un conflicto intenso, una serie de temas graves han galvanizado a los bandos en pugna en una región donde el costo humano de la guerra es demasiado familiar.

Antes del amanecer del lunes, aviones de combate israelíes bombardearon la ciudad de Gaza, empeorando el sufrimiento de los civiles en el enclave costero. Al mismo tiempo, el lanzamiento de cohetes de Hamás, el grupo militante que ha gobernado Gaza desde 2007 y que no reconoce a Israel, continuó pasándole factura a las ciudades israelíes, incluida Tel Aviv que es el centro comercial del país.

A medida que aumentan las víctimas civiles, el conflicto ha polarizado a la sociedad israelí y al mundo, como rara vez antes, y ha provocado disturbios dentro de Israel y los territorios ocupados que han sido más intensos que en cualquier otro año.

Esto es lo que está impulsando el conflicto y su desarrollo hasta ahora:

Imagen tomada de Uno TV
Imagen tomada de bbc.com

Los ataques aéreos y los bombardeos de artillería israelíes en Gaza, un enclave empobrecido y densamente poblado de dos millones de personas, han ocasionado el fallecimiento de al menos 197 palestinos, incluidos 92 mujeres y niños, entre el 10 de mayo y el domingo por la noche, produciendo imágenes crudas de destrucción que han recorrido el mundo.

En el otro bando, los misiles de Hamás han llovido sobre pueblos y ciudades israelíes, sembrando el miedo y matando a unos 10 residentes israelíes, incluidos dos niños, superando el número de víctimas civiles de Israel en la última guerra, sucedida en 2014 y que duró más de siete semanas.

Los estrategas y dirigentes israelíes describen la campaña que han emprendido en Gaza como una estrategia enfocada en destruir la mayor cantidad posible de infraestructura de Hamás, incluida la red de fábricas de cohetes y túneles subterráneos, un sistema de tránsito bajo la tierra al que los militares de Israel se refieren como “el metro”.

Pero Israel ha sido objeto de críticas internacionales por el creciente número de niños que han muerto en los ataques aéreos en Gaza. Imágenes de cuerpos de niños han circulado en las redes sociales en los últimos días, junto con el video de un padre de Gaza desolado que consuela a su bebé que llora, el único de sus cinco hijos que sobrevivió a un ataque aéreo israelí. Entre las muertes hay ocho niños fallecidos en un ataque aéreo en un campo de refugiados.

En el lado israelí, uno de los menores asesinados era un niño de 5 años que murió después de que un cohete disparado desde Gaza impactara directamente en el edificio contiguo al apartamento de su tía, donde estaba de visita con su madre y su hermana mayor.

Algunas personas han resultado heridas o fallecieron en los disturbios que se desencadenaron en ciudades de población mixta en Israel, incluida Lod, donde murieron dos personas. Y en la ocupada Cisjordania, al menos 10 palestinos fueron asesinados por las fuerzas de seguridad israelíes durante el fin de semana.

El conflicto estalló hace una semana, el 10 de mayo, cuando se intensificaron semanas de tensiones latentes en Jerusalén entre los manifestantes palestinos, la policía y los israelíes de derecha, en el contexto de una larga batalla por el control de una ciudad sagrada para judíos, árabes y cristianos.

La raíz de la violencia más reciente es una intensa disputa sobre Jerusalén Este, que es predominantemente palestina. Las protestas se prolongaron durante días antes de una sentencia de la Corte Suprema, originalmente prevista para el 10 de mayo, pero luego pospuesta, sobre el desalojo de varias familias palestinas de Jerusalén Este. Los funcionarios israelíes lo describieron como una disputa sobre bienes raíces. Muchos árabes lo consideran como parte de una campaña israelí más amplia para expulsar a los palestinos de la ciudad, y lo han calificado como limpieza étnica.

Imagen tomada de DW

Las manifestaciones se intensificaron de manera drástica después de que la policía israelí impidiera que los palestinos se reunieran cerca de una de las antiguas puertas de la Ciudad Vieja, como lo han hecho habitualmente durante el mes sagrado del Ramadán. La policía respondió el 10 de mayo con una redada en el recinto de la mezquita de Aqsa, uno de los lugares más sagrados del Islam, para evitar que los manifestantes palestinos arrojaran piedras, dijeron. Cientos de palestinos y una veintena de policías resultaron heridos en la escaramuza.

Luego, los militantes en Gaza comenzaron a disparar cohetes en dirección a Jerusalén, a lo que Israel respondió con ataques aéreos contra Gaza. Los bombardeos de ambos lados se intensificaron durante la semana, al igual que las víctimas, aunque los habitantes de Gaza han sufrido un número desproporcionado de muertes.

A pesar de la vigilancia de Israel y su abrumadora potencia de fuego militar, los militantes palestinos en Gaza han logrado acumular un gran arsenal de cohetes con mayor alcance en los 16 años que han transcurrido desde que Israel abandonó ese enclave costero, que había ocupado después de la guerra de 1967.

Hamás, con la ayuda de aliados —como Irán, según funcionarios israelíes y de Hamás—, los militantes han convertido ese arsenal en una amenaza cada vez más letal. Desde que estalló el conflicto la semana pasada, Hamás ha lanzado más de 3000 cohetes hacia ciudades y pueblos israelíes. La intensidad de los bombardeos ha puesto a la ciudad de Tel Aviv, entre otras, bajo una amenaza mayor que en conflictos previos.

Imagen tomada de DW

Más allá de los túneles y los cohetes, los expertos y funcionarios militares israelíes dicen que hay otra amenaza menos discutida y turbia: los comandos navales clandestinos que ingresan o atacan a Israel por mar, y llevan a cabo operaciones en instalaciones de energía o asentamientos poblados. El lunes, el ejército de Israel publicó un video que mostraba a las fuerzas de defensa israelíes destruyendo un barco que, según dijo, se sospechaba que se dirigía a realizar un ataque en aguas israelíes.

Mientras se desata la peor violencia en años, cada noche el cielo se ilumina con cohetes disparados desde Gaza y por los proyectiles guiados de la Cúpula de Hierro, el sistema de defensa de Israel, que se activa para contrarrestarlos. Las imágenes de los cohetes, y su intercepción, se encuentran entre las más compartidas en línea, aunque el número de víctimas de la violencia solo se conoce a la luz del amanecer del día siguiente.

Ese sistema de defensa entró en funcionamiento en 2011 y tuvo su primera prueba importante durante ocho días en noviembre de 2014, cuando los militantes de Gaza dispararon unos 1500 cohetes contra Israel. Aunque los funcionarios israelíes afirmaron que tuvo una tasa de éxito de hasta el 90 por ciento durante ese conflicto, los expertos externos se mostraron escépticos. Los interceptores del sistema, de solo 15 centímetros de ancho y 3 metros de largo, se basan en sensores miniatura y tienen procesadores de computadora a bordo para detectar cohetes de corto alcance.

Aunque Israel ha sufrido bajas y las secuelas del terror psicológico de los cohetes, resulta claro que el sistema está eliminando gran parte de los lanzamientos diarios de cohetes.

Imagen tomada de El País

Las intensas luchas políticas por el liderazgo en Israel, y en la Autoridad Palestina, son el telón de fondo de los combates. Después de cuatro elecciones inconclusas en Israel, en dos años, nadie ha podido formar una coalición de gobierno. Pero el primer ministro Benjamin Netanyahu, enjuiciado por cargos de corrupción, ha podido permanecer en el cargo y espera que los israelíes lo apoyen en la crisis.

En las elecciones palestinas que se pospusieron recientemente, Hamás esperaba tomar el control de la Autoridad Palestina y se ha posicionado como el defensor de Jerusalén. Trató de reforzar esa afirmación disparando cohetes después de que la policía israelí allanara el recinto de la mezquita de Aqsa en la Ciudad Vieja de Jerusalén.

En 2014, Israel invadió Gaza después de 10 días de bombardeo aéreo que no logró evitar que los militantes palestinos arrojaran cohetes a las ciudades israelíes. El sangriento conflicto, que duró 50 días en julio y agosto, terminó en una tregua. Para ese entonces, habían muerto 2251 palestinos, de los cuales 1462 eran civiles. Israel había perdido 67 soldados y seis civiles, según el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

Los líderes israelíes acordaron detener las hostilidades bajo una intensa presión diplomática y debido al aumento de las bajas en ambos lados. En ese momento, parecía que el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, creía que se podría improvisar una sucesión de breves treguas con el fin de comenzar a resolver el conflicto.

Aceptar la tregua permitió que Israel pudiera frustrar la amenaza del uso de túneles para atacar o secuestrar a sus ciudadanos, sin arriesgarse a que se incrementaran las víctimas civiles en la Franja de Gaza, lo que estaba poniendo a la opinión mundial en su contra.

Hamás también fue presionado para aceptar la tregua, no solo por parte de los negociadores internacionales sino por muchos palestinos en la Franja de Gaza que estaban sufriendo por los continuos bombardeos israelíes y lidiando con la devastación y destrucción que los rodeaba.