Revista Digital CECAN E3

Examinar. Entender. Evaluar

Imagen tomada de qhubocali.com

Ventolini: ¿Jaque o Mate?

Uno de los propósitos por los cuáles escribo es poder demostrar que la estrategia empresarial aplicada en casos de éxito sí se puede mirar en un tablero de ajedrez. La verdad me pareció muy interesante el artículo publicado en este mismo portal el pasado 10 de noviembre: El caso de la recuperación de Ventolini. Al leerlo sentía cómo las piezas de ajedrez se movían en el tablero de un lado a otro con un propósito muy claro y podía visualizar a Diego Sardi De Lima como estratega y cómo se plantaba frente al tablero. Lo que más curiosidad me daba al leerlo era que a don Diego le habían dejado una partida empezada, con un ejército diezmado, con algunas piezas de menos y lo que es peor: su rey estaba en jaque. No creo que exista el primer jugador de ajedrez, por muy bueno que sea, que acepte tomar una partida que él mismo empezó y en la que había conseguido una clara ventaja pero que no siguió jugando y se la dejó encargada a otro jugador para continuarla con prácticamente todo a su favor; y en cuestión de varias jugadas, todo se había vuelto en contra y al volver a la mesa donde se celebraba la partida: debía ver que solo tenía peones y una torre; y su rey estaba en jaque. Pero, como don Diego mismo cuenta, solo le quedaba una opción: retomar la partida y ver cómo revertir la situación.

En mi anterior entrada hablé del peón como la unidad básica del ajedrez y de cómo este representaba los activos intangibles de una organización. Para efectos de la metodología que he desarrollado, el rey representará el negocio mismo, el emprendimiento o la empresa y hoy quiero demostrar cómo unos peones bien cuidados pueden llevar una idea de negocio, emprendimiento o empresa a un nivel superior. Realmente, de todo lo que viene haciendo Ventolini, solo puedo hablar de una pequeña parte y está relacionada con los peones. Queda aún mucho por estudiar de este caso particular en relación con las demás piezas que por demás, es muy interesante.

En ajedrez existe el concepto de profundidad de cálculo, del cuál hablaré extensamente en otra oportunidad, y consiste básicamente en la capacidad de prever jugadas y, entre más profundo y acertado sea el cálculo, mayor probabilidad de éxito, es decir, visualizar cómo se podría desarrollar el juego y ver muchas jugadas más allá del punto actual: ir varias jugadas adelante. Un buen cálculo implica tener la destreza de evaluar bajo supuestos el riesgo de varios movimientos y, lo más importante, ver cómo cambia la posición de las piezas dentro del tablero y las nuevas debilidades propias y del rival que se van generando para coordinar el ejército a una potencial victoria.

Don Diego, por principio propio se anticipa en sus negocios cinco años, y en esa profundidad de cálculo vio que en ese término la situación iba a estar muy mal y que debía actuar de una vez. Su primer jugada fue interponer un peón (don Diego mismo, su experiencia y habilidad como activo intangible) entre su rey y la pieza que lo atacaba dándole protección. La jugada en la que el rey cambia de posición con una torre de su propio ejército se conoce como enroque y que permite a la vez, proteger el rey y poner la torre en movimiento. Después de mover el peón y, bajo el consejo de un amigo, decide ampararse bajo la Ley 1116 de 2006: Ley de Insolvencia. Este “enroque” le permitió actuar bajo legalidad y con la firme convicción de sacar la partida adelante y ganarla. Don Diego sabía que la situación no era fácil y que solo contaba con una torre y unos cuantos peones y su potencial así que se dedicó a protegerlos llevándolos hasta la coronación (cuando un peón llega hasta lo más profundo del ejército enemigo puede convertirse en cualquier pieza que elija) y eso hizo don Diego: protegió sus activos intangibles y los fortaleció hasta convertirlos en caballos, alfiles, torres y dama. ¿Y cómo lo hizo?

  • Talento humano: Don Diego los llenó de sentido de pertenencia, los motivó tanto personal como económicamente compartiendo con ellos sus utilidades y de acuerdo a su productividad. Esto permitió que sus colaboradores quisieran recorrer la milla extra.
  • Entorno organizacional: Don Diego fomentó una cultura y un ambiente único y su organigrama “Sistema Solar Ventolini” es una muestra de ello. Permite la contratación de familiares lo que no es frecuente ver en las grandes empresas y la dualidad de amor y esfuerzo es palpable en cada área de la compañía.
  • Sistemas de información: Don Diego, por un lado, le dio fuerza a la línea de restaurantes dotando la compañía de mejores y buenas recetas y por otro lado, se esforzó en crear una base sólida de consumidores fieles y recurrentes.

La estrategia de Ventolini para pasar de la crisis a la recuperación, además de efectiva, es muy amplia y aquí solo he expuesto una parte pequeña, aunque muy importante. Para lograr resultados es fundamental trabajar con el potencial de los activos intangibles y no con los recursos mismos. Una vez haya desarrollado los conceptos de las demás piezas en esta columna, me permitiré retomar este mismo caso para ver una estrategia real, con gente real desde el tablero y sus 64 casillas donde se demuestra que con ganas, fuerza y determinación se puede salir victorioso hasta de las situaciones menos favorables.

¡La última palabra aún no está dicha!