Revista Digital CECAN E3

Examinar. Entender. Evaluar

Visiones de ciudad: Sin excusas

Es común escuchar frases como “No somos Europa”, “Somos tercermundistas”, “Cali es un pueblo” o “La culpa es de la cultura”, lo cierto es que todas estas frases denotan falta de confianza; por tanto, seguimos la línea de Caliescribe llamando a la ciudadanía y al gobierno; la de la Revista del Observatorio de Realidades Sociales que llama a la academia y el sector inter-religioso; nos unimos al llamado del  Portal de Noticias E3 a los empresarios, invitándolos a reflexionar  sobre el camino que debería tomar la ciudad, no sólo para garantizar el progreso en términos de indicadores económicos, popularidad de políticos y de empleo, si no, en términos de la calidad de vida que merecemos los habitantes de esta maravillosa ciudad siendo oriundos o no.

Para querer a Santiago de Cali y trabajar por ella no hace falta haber nacido en ella, son muchos los migrantes que hemos desarrollado una vida acá, e inclusive reconstruído las dinámicas de esta ciudad; por tanto, aducir que el calibalismo es rampante dentro de nuestra cultura, por falta de apropiación del migrante, es apenas uno de los elementos para un diagnóstico pero requiere de una apuesta que trascienda a la acción común.

Esta reflexión surgió en una conversación con un migrante en la orilla del Río Cali en la que compartió su deleite con el sonido del agua, los pájaros y la forma como la brisa golpeaba los guaduales cerca al Bulevar. Quizá esa capacidad de asombro la hemos perdido a través del tiempo en golpes a nuestra propia autoestima como ciudad; pero, no sólo se trata de hacer  una campaña en televisión o en cualquier otro medio, se trata de una apuesta real que debe venir del diálogo entre el sector empresarial, el comercio local, la ciudadanía y la academia debido a que el sector público es efímero, en tanto responde a las dinámicas de gobierno y no de Estado o de ciudad.

Uno de los artículos más relevantes de la Constitución Política de Colombia, el tercero, afirma que: “La soberanía reside exclusivamente en el pueblo (…) que la ejerce de forma directa o por medio de sus representantes”; pero, con la falta de confianza que nos tenemos, ¿Cómo la vamos a ejercer directamente? -Y si no sabemos lo que queremos ¿Qué vamos a ejercer?-  Para agravar el asunto, cuando la delegamos a los representantes, entiéndase en el caso local los Concejales, Diputados, Alcaldes y Gobernadores, no le hacemos el acompañamiento a nuestro voto pues “Los políticos todos son iguales de corruptos”. No sé si lo vean, pero aquí vemos una excusa.

¡Ah! Pero la perla son los funcionarios que no escuchan las voces críticas que buscan acompañar su gestión, les tildan de  ser parte de la oposición. Nos disculparán, pero esa es otra excusa,  donde peor aún, muestra la incapacidad de un funcionario y que anda pendiente  sobre si la gestión pública responde a las expectativas de la “ciudadanía” o como pasó con la plataforma de consulta de plan de desarrollo donde la mayoría de colectivos fueron conformados por funcionarios de la alcaldía.

Pues si, ¿Escucharlos a todos? Imposible, pero entonces para qué existen los procesos participativos, si no van a incluir a las personas en el proceso de toma de decisiones. No se puede perder de vista que la ciudad es un territorio que se construye en un proceso socio histórico ¿Acaso importa que la voz sea de la oposición? ¿La oposición de qué? ¿De la ciudad?.

La ciudad necesita con urgencia encontrar las voces, valorar la diferencia que es aquello que la migración nos ha traído de positivo y potenciar un proceso de largo aliento entre los diferentes sectores para fortalecer la ciudadanía en la construcción de un proceso político, económico, social y cultural, que sobrepase los cálculos electorales y nos permita, independiente del sector o polo ideológico con el que tenemos simpatía, lograr sacar las acciones prioritarias como habitantes de la joya atravesada por siete ríos.

Se escuchan muchas voces sobre el reto que tendremos y la crisis que se avecina, seguir sacando excusas -incluyendo la de no publicar con la periodicidad requerida esta columna- para ser autocríticos y agregarle un componente de acción, nos llevan a la ya conocida espiral descendente de la cotidianidad de desigualdad que enfrentan miles de los caleños en: cobertura en educación, oportunidades laborales, oferta de vivienda digna, movilidad, por nombrar sólo algunos. Y aunque sabemos que hay ríos de tinta escritos al respecto y miles de horas de tertulias que se han ocupado de rechazar con vehemencia la situación actual, al parecer no nos hemos encontrado lo suficiente para hacer a un lado nuestras diferencias con el propósito de construir soluciones colectivas profundas y contundentes.

Al final serán los más vulnerables quienes tendrán que cargar con la ininterrumpida ampliación de las brechas de desigualdad, pero no hay que alarmarse, esto hace parte de la nueva “normalidad” que no parece significar una oportunidad para el cambio, más allá de culpar al COVID-19 de lo que no queremos intentar.

Les proponemos entonces y utilice una última excusa, esta nota, para dos cosas. La primera, ponerse en contacto con nosotros y ver ¿Qué vamos a hacer? y la segunda, motivarse a llenar este portal de #VisionesDeCiudad mientras pasa la contingencia, luego nos vemos.

Jhon Fredy Bustos. Colaboración de Diego Rodríguez y Michel Zuluaga

@JFBLOPEZ