Revista Digital CECAN E3

Examinar. Entender. Evaluar

¿Vivir para los hijos?

Salud emocional (625)
Vivir para los hijos?


Hace unos días leí en Face la historia de un profesional destacado, según parece, que está buscando su reemplazo porque abandona su mundo profesional para dedicarse a cuidar a su hija. “Dejo de asistir a juntas directivas para cambiar pañales”. La niña se la ve muy linda y el padre embelesado, hace una renuncia a su vida laboral, para participar 24/7 en la educación de su pequeña.

Ante el anuncio varias personas comentaron cómo ellas habían querido hacer lo mismo y lo habían logrado. Otras expresaban su frustrado anhelo de no haberlo podido realizar y así uno a uno los comentarios hablaban de la “ necesidad” de enfocar sus vidas de adultos a la crianza de sus hijos. Y debo confesar que me sorprendió por lo extremo de la medida. Vivir para los hijos renunciando a la propia vida?


Claro, lo primero qué hay que aclarar es que quien desee hacerlo debe ser una persona con un nivel económico asegurado. Herencia? Tías millonarias? Emprendimiento? Esposa “poderosa”? de lo contrario sería imposible. Pero bueno, con lo que sea, hay de que vivir, así sea por la vía del regalo. Pero emocionalmente que tan bueno es para el padre y para la criatura esa simbiosis emocional? Hay que recordar que el tiempo no se detiene y en 15 años otro será él panorama con un resultado poco halagador: o una niña sobre protegida ( es decir malcriada) incapaz de asumir su vida por ella misma ( tuvo “empleado” 24/7) con inseguridades extremas y por el otro lado un progenitor “cobrador” esperando un “ buen” resultado de su sacrificio: sin vida propia y con la sensación de quedarse “sin empleo padre”.


Ninguna vida es sana si el sentido de esa vida está fuera de ti. Si tus hijos son quienes le dan sentido a tu existencia, algo está fallando y debe revisarse. A nombre del afecto “se usan” las personas cercanas para entregarles la propia vida para que estas hagan el favor de “devolverla” con creces, lo que construye una total dependencia. Así no es porque la vida no puede depender de otros hasta este extremo.
Vivir para los hijos? Como dice el refrán “ni tanto que queme al santo ni tanto que no le alumbre”.

Dr Gloria Hurtado – Psicóloga