Revista Digital CECAN E3

Examinar. Entender. Evaluar

Y la muerte llega…

“A menudo el sepulcro encierra, sin saberlo, dos corazones en el mismo ataúd.” (Alphonse de Lamartine)

“Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, así una vida bien usada produce una dulce muerte.” (Leonardo da Vinci)

“La muerte es el comienzo de la inmortalidad.” (Maximilian Robespierre)

“La muerte es dulce; pero su antesala, cruel.” (Camilo José Cela)

“La muerte sólo tiene importancia en la medida que nos hace reflexionar sobre el valor de la vida.” (André Malraux)

“ El día de tu muerte sucederá que lo que tú posees en este mundo pasará a manos de otra persona. Pero lo que tú eres será tuyo para siempre.” (Henry Van Dyke)

“Diferentes en la vida, los hombres son iguales en la muerte.” (Lao-Tsé)

“La muerte es un castigo para algunos, para otros un regalo, y para muchos un favor.” (Séneca)

“Después de todo, la muerte es solo un síntoma de que hubo vida.” (Mario Benedetti)

“La pálida muerte lo mismo llama a las cabañas de los humildes que a las torres de los reyes.» (Horacio)

“Si quieres soportar la vida, prepárate para la muerte.” (Sigmund Freud)

“Si la muerte no fuera el preludio a otra vida, la vida presente sería una burla cruel.” (Mahatma Gandhi)

“No habiendo podido los hombres remediar la muerte, la miseria y la ignorancia han imaginado, para ser felices, no pensar en absoluto en ellas.” (Blaise Pascal)

“A los muertos no les importa cómo son sus funerales. Las exequias suntuosas sirven para satisfacer la vanidad de los vivos.” (Eurípides)

“La muerte no existe, la gente sólo muere cuando la olvidan; si puedes recordarme, siempre estaré contigo.” (Isabel Allende)

“La muerte no nos roba a los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente.” (François Mauriac)

“La muerte no es más que un cambio de misión.” (León Tolstoi)

“La muerte sólo será triste para quienes no hayan pensado en ella.” (Fénelon)

“Alguien me habló todos los días de mi vida al oído, despacio, lentamente. Me dijo: ¡Vive, vive, vive!. Era la muerte.” (Jaime Sabines)