Revista Digital CECAN E3

Examinar. Entender. Evaluar

Cansancio

“¿No sienten ustedes también un agotamiento que supera lo físico y se instala en el corazón y en la cabeza?” Es un tweet de Ronny Suárez y creo que refleja gran parte de lo que hoy podemos estar sintiendo. Saturación, cansancio, aburrimiento, desazón, desesperanza, monotonía. Cuantas palabras para intentar nombrar esa mezcla de emociones inenarrables que golpean y desestabilizan. Las puedes sentir todas a la vez o una por una.

Alguien habló de fatiga por agotamiento, pero la sensación es de saturación. No doy más, no hay con qué, no vale la pena, no se justifica, no mejora, no hay luz al final del túnel, no quiere amanecer. Cualquier iniciativa o momento creativo podrías contestar: ya lo hice, ya lo ensayé, (está chuleado), sin embargo, la sensación de pesadez continua. ¿Cómo enfrentarlo?

Pero que paradoja, aburrirse en medio de esta crisis es una bendición: significa que en nuestro mundo no existe una preocupación conectada con salud, empleo, economía. Si tuviese esta clase de dificultades no podríamos darnos el lujo de aburrirnos. La urgencia por sobrevivir eliminaría cualquier sensación un poco más “trascendente”. La dura realidad derrotaría cualquier reflexión “filosófica”. El “privilegio” de encontrar que la mayor dificultad que se siente es esta desazón ayuda a mitigar la misma sensación porque comparas y percibes qué hay personas que la están pasando peor.

Observar el dolor y el sufrimiento de otros, mitiga nuestra angustia, no porque no se de la compasión, sino para concluir que debemos valorar más lo que se tiene. !Que puede ser una bendición!

Aburrirse no es un delito, de este también se aprende. Podríamos conectar con sensaciones interiores, con el “inquilino” personal y no tenernos tanto miedo de nosotros mismos. También podríamos reforzar la idea de que en definitiva lo más valioso de la condición humana es estar vivos, aunque a veces tengamos la sensación de que vivir tampoco es una tarea fácil…!pero hay que seguir!