Revista Digital CECAN E3

Examinar. Entender. Evaluar

¿En Colombia quien combate el cambio climático?

Colombia es un país con una riqueza hídrica, biológica y natural envidiable. ¿Pero quien garantiza que así será por siempre?

Mientras que otros países han invertido en generación de conocimiento y en tecnologías con alto valor de sus productos, nosotros seguimos basando nuestras exportaciones en materias primas, recursos no renovables y commodities, actividades todas que afectan nuestro medio ambiente. En septiembre de 2019, según el DANE las ventas del país fueron de US$3.079,8 millones, donde las exportaciones de Combustibles y productos de las industrias extractivas participaron con 53,8% del valor FOB total de las exportaciones; así mismo, Manufacturas con 23,5%, Agropecuarios, alimentos y bebidas 16,9%, y otros sectores con 5,8%.

Y no parece que el gobierno quiera cambiar el porcentaje de los productos de exportación. En el 2018 Ecopetrol fue la empresa mas grande del país y en el segundo trimestre de este año tuvo ganancias netas consolidadas de $3,7 billones. Mientras Ecopetrol sea la fuente de cerca del 20% de los ingresos de la nación, Colombia seguirá procurando que la extracción petrolera se mantenga e incremente a como de lugar. Aun cuando todos sabemos que el petróleo se va a acabar (nuestras reservas de crudo alcanzan hasta 2024 y de gas hasta 2029) y que debemos ir cambiando nuestro modo de vida para usar energías alternativas, el gobierno sigue pensando en invertir en como optimizar la extracción petrolera con técnicas como el fracking.

A pesar que Ecopetrol acaba de poner en operación el Parque Solar Castilla de 21 megavatios en el Meta, con una inversión cercana a los 20 millones de dólares, esto no indica una tendencia de la empresa a dejar el negocio del petróleo ni una voluntad del gobierno de cambiar nuestra dependencia de los ingresos por combustibles y materiales extractivos.

Produzcamos mas limpiamente y consumamos bienes y servicios de producción sostenible.

En Colombia dependemos de los combustibles fósiles para todo lo relacionado con el transporte y gran parte de los procesos que requieren calentamiento donde el gas natural es el preferido. Eso nos ubica en el puesto 40 entre los países que mas emiten gases de efecto invernadero en el mundo según el DNP 2018. Si queremos cambiar esa tendencia, no podemos seguir haciendo lo mismo que hemos hecho los últimos años. Necesitamos mas generación de electricidad con energías limpias, como la solar, la eólica o la de mareas. Pero no vale la pena usar suelos cultivables para granjas solares pudiendo usar las cubiertas de las edificaciones con lo que probablemente ahorraríamos en transmisión y reduciríamos temperatura en las edificaciones. En otros países las turbinas eólicas han afectado la población de aves por lo que tendríamos que revisar que tipo de turbinas usar y su ubicación. Y debemos invertir en investigación de generación eléctrica aprovechando las mareas. Y no solo eso. Debemos ir cambiando el consumo de energía fósil en el transporte por energía eléctrica tanto con el cambio de los vehículos como del sistema de transporte. Necesitamos una red de trenes eléctricos en lugar de tanto tracto camión. No podemos esperar mas.

Esas son las cosas que deberíamos estar haciendo desde el gobierno y también en nuestras empresas y hogares. Si no cambiamos nuestros hábitos de consumo energético, es muy difícil combatir el cambio climático.

El problema es quien le pone el cáscabel al gato. Aún cuando en el Plan de Desarrollo del presidente Duque se tienen metas para cambiar los combustibles fósiles por energía mas limpia, este no es un propósito primario sino mas bien anecdótico, como se puede comprobar en el Pacto por las recursos minero-energéticos.

Y si el gobierno nacional no lidera el cambio, desde los gobiernos locales y regionales es mas difícil pues sus presupuestos son mucho mas pequeños y sus prioridades están encaminadas a problemas mas inmediatos.

Quedamos los empresarios y los ciudadanos para liderar el cambio. Produzcamos mas limpiamente y consumamos bienes y servicios de producción sostenible.

Pablo Antonio Pérez