Revista Digital CECAN E3

Examinar. Entender. Evaluar

¡Es violencia!

Como en ninguna otra época, el florecimiento de seres fragmentados, de personas con varias personalidades, va in crescendo. Hombres y mujeres que fácilmente pueden asumir conductas diversas, contradictorias y aparentemente cínicas, sin importar para nada su nivel intelectual. No es fácil de entender –y aceptar– cómo en la mañana tu compañero o compañera es el súmmum de las atenciones y media hora después, sin razón aparente, se convierte en ogro. Alguien que grita, insulta, vocifera y manotea como si estuviera en medio de un campo de batalla. Totalmente fuera de sí, puede pasar por encima de lo que sea con tal de vomitar su rabia. Personas que no son conscientes de las consecuencias de sus actos y por lo tanto mueven un switch interior para dar rienda suelta a emociones incontrolables. ¿Qué ha pasado? ¿Cómo explicarlo?

No se da la identidad sino la ‘representación’ de papeles, las máscaras que se colocan para vivir en comunidad. La persona cambia de conducta con una facilidad pasmosa y genera asombro y desconcierto en quienes están a su lado. Porque los que lo rodean no mueven el switch con la misma facilidad (o rapidez) y no logran asimilar la razón de sus cambios de comportamiento. En la vida familiar –sobre todo– es desgastante esta situación.
Los sentimientos y emociones de los ‘espectadores’ del show se mueven como un tiovivo. Culpa (¿qué hice?), baja autoestima (me merezco este trato), servilismo (hago lo que quieras), lástima (sufre mucho), rabia (es un h.p.), amor (pero es adorable cuando quiere), son un coctel demasiado fuerte para soportarlo sin salir lastimado. El o la fragmentada no miden qué pudo suceder: olvidan con una rapidez impresionante. Estas múltiples personalidades están cimentadas en la inconsciencia.

Nada es tan grave como parece. O mágicamente, todo se arregla porque en definitiva ‘ya pasó’.
¿Cómo vivir al lado de un personaje así? No es fácil. Lo importante es no dejarse engarzar y no moverse al vaivén de sus cambios: es la única manera de protegerse de este tiovivo. Y mientras la educación no mire hacia la conciencia tendremos más y más seres llenos de ideas pero incapaces de manejar su propia vida. Seres enfermos, como un rompecabezas sin armar, llenos de contradicciones, ‘disparando’ para todo lado en su desesperado afán por no perderse a sí mismos. Es decir, por creer que el mundo está a sus pies, que es su juguete y que por lo tanto lo puede utilizar a su amaño. Solo que cada vez más existirán personas a su alrededor que, apelando a la conciencia, entenderán su fragmentación y por su propia salud mental escogerán la distancia.

Gloria H.