Revista Digital CECAN E3

Examinar. Entender. Evaluar

Salud emocional (195)

Amor y Dinero.

¿Cómo se manejan el dinero y el amor en pareja? Algunos psicólogos admiten que así como se comparte el amor se debe compartir el dinero. Para evitar cuentas escondidas, gastos personales, deudas privadas, es vital –dicen- la claridad absoluta porque si no se comparte el billete no puede haber pareja. El matrimonio como un contrato legal, donde los términos jurídicos de sociedad prevalecen sobre las relaciones, las emociones y el devenir de la pareja. Esa es “su” teoría. Personalmente considero que juntar dinero y amor, meterlos en el mismo costal, es un craso error. Como es un error hablar de seres que se complementan, o que son “medias naranjas”. Como es error argumentar que es necesario ser transparente (lo que no significa que se privilegie la mentira) para que funcione una relación (el derecho a la intimidad, ¿dónde queda?), como puede ser una equivocación pensar que es importante cambiar de personalidad (amoldarse al otro u otra) para hacer pareja. Como creer, también, que se debe renunciar al singular para hablar solo en plural.

El dinero es una realidad y cuando dos personas se unen a nombre del amor, su forma de ver, manejar y gastar el dinero pertenece a su historia personal y ¡ah! complicado que es lograr ponerlos de acuerdo en un solo criterio, renunciando al propio. Que no se modifica porque se amen. De allí que el respeto por la diferencia sea vital. Lo que salva una relación es el respeto por la diferencia, nunca la igualdad. Cuando mi pareja no me ahoga, no me “hace” otro u otra, cuando puedo acompañar a ese ser sin necesidad de que me invada o lo invada, es posible que las cosas fluyan. Lo anterior no significa, sin embargo, que no se deban compartir gastos; pero el derecho a lo mío jamás puede ser menguado por un tercero si no es decisión personal el cambio. Hay circunstancias y hechos que se deben compartir, pero ahora que hombres y mujeres trabajan y tienen “igualdad de oportunidades” es muy valioso respetar la individualidad.

Renunciar a ser uno mismo para darle gusto al otro es un sacrificio que se paga con dolor y amargura. Amar es un acto de aceptación no de cambio. Una relación de pareja nunca puede ser un “buen” o un “mal” negocio. Solo es un compañero de viaje, el dinero ojalá no se cruce con el amor porque entonces, qué tan cerca queda de la prostitución. ¿Te compro? ¿Me compras?

Por: Gloria H.