Las revocatorias de mandatarios se volvieron moda. Urgente revocatoria de Órganos de Control – Informativo Nuestra Gente
Se ha puesto de moda en el país promover la revocatoria de mandatarios locales, no solo de municipios pequeños, sino incluso, de ciudades capitales importantes como Bogotá, Medellín, Bucaramanga, Cali, Cartagena. Surgen varias preguntas:
¿Quiénes están interesados en la revocatoria? ¿Cuánto tiempo implica su organización hasta el resultado final? ¿Cuánto es el costo de esta operación «retiro»? ¿Cuáles temas prioritarios y estratégicos para la ciudad pasarán a segundo plano, en medio del bullicio que la campaña genera? ¿Finalmente qué gana la ciudad si se retira el gobernante o si se lo mantiene? ¿Qué y quiénes siguen después de la revocatoria, si el mandatario es retirado? ¿Más de lo mismo del revocado, pero con otro vestido?
Si observamos bien, la revocatoria se ha convertido en una moda electoral de seudodemocracia, que muchos «líderes y políticos» bien o mal intencionados usan, sin que con ella, logren transformar las formas de gobierno, limitándose tan solo a tumbar personas, para montar personas, en un carrusel de falsas soluciones que alimentan la permanente frustración del «pueblo», haciendo como el gatopardo: «Que todo cambie, para que nada cambie».
De lo que se trata es de trabajar para lograr que los organismos de control y de judicialización funcionen. Me refiero a la Contraloría General de la República, a la Procuraduría General de la Nación, a la Defensoría del Pueblo, a la Fiscalía General de la República.
¿Cómo se eligen los dignatarios de estas entidades? ¿Quiénes se candidatizan y cuál es su procedencia? ¿De verdad los elegidos tienen las manos y las mentes independientes para ejercer sus funciones de control y judicialización?
Es en estos órganos de la institucionalidad pública donde está el problema. Pues no podrán nunca ejercer con independencia sus funciones, mientras son elegidos por quienes después controlarán o judicializarán. No obrarán en derecho, por cuanto quienes ejercen estas responsabilidades, actúan siempre en clave política, es decir, de intereses de grupos y aspiraciones de poder, y no en clave de vigilancia del patrimonio colectivo, del cumplimiento de la ley, de la dignidad y responsabilidad de los mandatarios y funcionarios públicos.
Así que el verdadero punto de mira son estos organismos de control y los mecanismos de elección de quienes los dirigen, así como de los procedimientos que garanticen su «independencia real y efectiva» y no meramente simulada, en un ambiente de hipocresía institucional, que todo lo justifica con galimatías jurídicos y con muy poco sentido común, que es al final, el que debiera garantizar la racionalidad de su desempeño.
El reto pues, es transformar la elección de los dignatarios de estos organismos. Blindarlos de la avariciosa clase política que los usa como resortes acomodaticios, según sus intereses, y para ello, habrá que encontrar la fórmula para que sean los ciudadanos, a través de esquemas electorales civiles-académicos, sociales y comunitarios-, y no políticos, los que nombren a quienes al final de cuentas, solo se justifican, si trabajan para defender el interés común, la fe pública, el patrimonio de todos y el respeto, sin gabelas, a la ley.
Invitados al programa de hoy:
- Norberto Tascon – Analista Político
- Efraín Valencia – Abogado
- Dicter Zúñiga – Abogado
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