Revista Digital CECAN E3

Examinar. Entender. Evaluar

Constituyente 2020

¿Se requiere una nueva Asamblea Constituyente?

Hace tres días, el alcalde electo de Medellin, Daniel Quintero propuso al presidente Ivan Duque la creación de una Asamblea Nacional Constituyente que le permita al país incorporar todas las reformas que le están haciendo falta y que tienen al pueblo colombiano descontento. La propuesta pasó desapercibida por la mayoría o fue desatendida por otros con la premisa que «una constituyente sabemos donde empieza pero no donde termina».

La actual Constitución, la del 91, surgió de un movimiento estudiantil conocido como la «Séptima Papeleta» que mediante el conteo extraoficial de la papeleta extra en las elecciones del 11 de marzo de 1990, evidenció la voluntad popular de cambiar la Constitución Colombiana. Curiosamente, Fernando Carrillo Florez, el actual Procurador Nacional, fue uno de los líderes de los estudiantes de la época y representante estudiantil en la Asamblea Constituyente que dió origen a la Constitución de 1991.

Personalmente, fui promotor del movimiento de la Séptima Papeleta en mi escaso círculo de influencia en 1989 y 1990, mientras estudiaba ingeniería civil en Univalle, y creo que ahora como entonces, hay motivos mas que suficientes para una nueva constitución.

En 1989 se habían intentado reformas a la Constitución de 1886 por la vía institucional pero nunca se lograron y por eso fue preciso una constituyente, ahora requerimos reformas políticas y administrativas en lo público, que los políticos enquistados en el congreso no han permitido hacer porque les parece que las cosas como están, están bien.

Un país donde la justicia no da resultados se torna violento porque los ciudadanos terminan dirimiendo sus conflictos entre si.

El problema con las constituyentes es que se tiende a pormenorizar las normas y reglas que se dictan en ella, y se termina legislando el detalle y casi que para cada caso según las experiencias de los constituyentes. No me cabe duda que si se deja al garete, terminaríamos con un estado mucho mas grande que el actual y dictado desde el orden constitucional, lo que no permitiría reducirlo sin una reforma a la constitución. Los animalistas querrían su pedazo, cada sector que conforma el colectivo LGTB querría el suyo, los indígenas su trozo, las negritudes su parte, las feministas, los grupos religiosos y cualquier otro grupo que se considere con derecho querrán estar mencionados en la nueva constitución. Y así, un documento que debería ser lo mas general posible, y partiendo de que todos somos iguales, terminará particularizando y delimitando que tan iguales somos.

A continuación daré algunas razones por las que no creo que una constituyente sea una idea descabellada.

  • La justicia en Colombia con su ineficiencia y demoras ha permitido una impunidad alta y ningún intento de reformar el sector ha prosperado. Un país donde la justicia no da resultados se torna violento porque los ciudadanos terminan dirimiendo sus conflictos entre si.
  • En Colombia el Estado se ha convertido en el mayor empleador, la burocracia es rampante al igual que la tramitomanía. Una buena parte de esa burocracia encuentra maneras de justificarse a si misma con trámites, permisos, licencias y controles innecesarios y muchas veces hasta contraproducentes. El desarrollo del país requiere menos intervención y más apoyo. Se requiere austeridad en el gasto de funcionamiento estatal para mejorar el gasto social.
  • El costo de nuestro sistema político en Colombia es muy alto y debemos encontrar maneras de reducirlo como la ampliación de periodos electorales y la disminución del tamaño del congreso y corporaciones públicas. Estas reformas difícilmente pasarían en el Congreso puesto que los afectados serían los congresistas.
  • La corrupción es un problema grave que no permite que el país reduzca los índices de pobreza de la mejor manera. Las leyes de contratación y demás no han sido eficaces para reducir la corrupción que campea en el estado.
  • El país debe cumplir el acuerdo de paz con las FARC para evitar que esos excombatientes engrosen las filas delincuenciales, y aunque el gobierno ha destinado recursos, estos no parecen estar logrando su cometido.
  • Además están los desacuerdos que muestra la ciudadanía con el sistema pensional, laboral, de salud y de educación.

Si estas razones no ameritan que al menos se discuta la posibilidad de una constituyente, no se cuales sí.

PABLO ANTONIO PEREZ VALENCIA.

@paperezvalencia